El acuerdo marco alcanzado recientemente entre EE. UU. y China ha generado un fuerte impacto en el ecosistema Web3, y supone un punto de inflexión para la adopción de blockchain en el comercio internacional. Tal y como se anunció el 27 de octubre de 2025, el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, confirmó que China se ha comprometido a retrasar los controles sobre las exportaciones de tierras raras y a reactivar importantes compras de soja de los Estados Unidos. Este acuerdo, cerrado antes de la cumbre Trump-Xi prevista para el jueves, ha eliminado la amenaza de un arancel adicional del 100 % sobre productos chinos que llevaba meses sobrevolando los mercados. Más allá de las consecuencias económicas inmediatas, este avance diplomático ha acelerado la integración de Web3 en los sistemas comerciales globales a un ritmo sin precedentes, generando nuevas oportunidades para blockchain en el comercio internacional y redefiniendo los marcos regulatorios de los activos digitales.
Los analistas de mercado destacan que este acuerdo marco reconoce la creciente relevancia de la infraestructura blockchain para facilitar transacciones transfronterizas seguras y transparentes. El texto aborda de forma específica la necesidad de redes blockchain interoperables capaces de potenciar la financiación de operaciones comerciales, la verificación de cadenas de suministro y la gestión aduanera entre las dos mayores economías del mundo. Este reconocimiento oficial de la tecnología blockchain en un acuerdo comercial de alto nivel supone la consolidación de las tecnologías Web3, que pasan de ser conceptos experimentales a convertirse en elementos esenciales del comercio global contemporáneo. Los estudios de Gate apuntan que la implantación de soluciones blockchain en la liquidación comercial podría reducir los tiempos de procesamiento hasta en un 80 % y los costes de documentación casi un 60 %, lo que representa una ventaja competitiva considerable para quienes adopten estas tecnologías en ambos países.
La integración de blockchain en el marco comercial entre EE. UU. y China supone una transformación radical en la operativa del comercio internacional. Los procesos tradicionales han estado marcados durante años por la documentación en papel, la falta de transparencia en las cadenas de suministro y sistemas de liquidación lentos. El nuevo acuerdo establece estándares técnicos compartidos para blockchain en el comercio internacional, incluyendo protocolos para certificados de origen digitales, gestión aduanera automatizada y seguimiento en tiempo real de mercancías sensibles. Esta estandarización resuelve preocupaciones previas sobre la fragmentación tecnológica entre las infraestructuras digitales de China y EE. UU., y genera un entorno mucho más cohesionado para los participantes del comercio global.
El alcance de esta estandarización trasciende las relaciones bilaterales, ya que los marcos técnicos establecidos entre EE. UU. y China están llamados a convertirse en estándares globales de facto debido al peso económico de ambos países. Los responsables de la cadena de suministro ahora pueden acceder a registros inmutables sobre la procedencia de los productos, agilizando la verificación del cumplimiento normativo y las prácticas éticas de aprovisionamiento. En sectores como el farmacéutico y la seguridad alimentaria, donde la autenticidad del producto es fundamental, la adopción de blockchain bajo el nuevo marco comercial aporta una transparencia sin precedentes. Según datos recientes de la plataforma internacional de comercio de Gate, las empresas que utilizan estos sistemas blockchain han experimentado un aumento del 47 % en la eficiencia transfronteriza y una reducción del 32 % en los plazos de resolución de disputas, en comparación con los procesos tradicionales.
El acuerdo marco ha situado la pugna entre monedas tradicionales y digitales en el centro de las finanzas internacionales. El yuan digital chino (e-CNY) ha ganado una legitimidad notable en virtud del nuevo acuerdo, que reconoce su papel en la liquidación de determinadas operaciones de comercio bilateral. Es el primer reconocimiento relevante de una moneda digital de banco central (CBDC) en un acuerdo comercial internacional con Estados Unidos. Las consecuencias para la regulación de criptoactivos en la estructura de los acuerdos entre EE. UU. y China, así como para los mercados globales de divisas, son significativas y abren nuevos paradigmas sobre la convivencia de monedas digitales y tradicionales en el comercio internacional.
| Característica | Yuan digital (e-CNY) | Dólar estadounidense (tradicional) | Dólar estadounidense (digital) | 
|---|---|---|---|
| Tiempo de liquidación | Menos de 3 segundos | 2-3 días laborables | En desarrollo | 
| Costes de transacción | 0,05 % de media | 1,2-3,5 % de media | Desconocido | 
| Programabilidad | Integración con smart contracts | Limitada | Propuesta | 
| Supervisión regulatoria | Supervisión directa del PBOC | Banca corresponsal | Marco pendiente | 
| Integración transfronteriza | 18 países socios | Estatuto de reserva global | Pilotos limitados | 
Pese a las ventajas técnicas del yuan digital en rapidez y programabilidad, el acuerdo marco refuerza el papel dominante del dólar estadounidense en el comercio global. Ambos países han acordado crear un grupo de trabajo conjunto centrado específicamente en la interoperabilidad entre los sistemas financieros tradicionales y la infraestructura Web3 emergente. Este modelo de cooperación apunta a una evolución progresiva, más que a una ruptura abrupta del sistema monetario internacional. Los datos de Gate muestran un aumento del 23 % en el volumen de negociación del yuan digital justo después del anuncio del acuerdo, lo que refleja el creciente interés de los operadores institucionales por experimentar con CBDC en este nuevo panorama monetario.
A pesar de los persistentes desafíos geopolíticos, el impacto de Web3 en la economía mundial ha surgido como uno de los pocos ámbitos de cooperación entre EE. UU. y China. El acuerdo marco apoya de forma explícita las finanzas descentralizadas y los acuerdos comerciales basados en redes blockchain interoperables, comprometiéndose ambos países a invertir en el desarrollo de estándares técnicos para la transferencia internacional de activos digitales. Esta colaboración ya ha estimulado nuevas inversiones en infraestructura blockchain, con fondos de capital riesgo que se orientan a proyectos de financiación comercial, soluciones de identidad digital y transparencia en la cadena de suministro.
Los beneficios económicos de esta integración Web3 van mucho más allá de la facilitación directa del comercio. Entre sus efectos secundarios destacan la mejora de la protección de la propiedad intelectual gracias a sistemas de verificación blockchain, la reducción de productos falsificados mediante el seguimiento inmutable de la cadena de suministro y la apertura de nuevos mercados para proveedores de servicios financieros especializados en la custodia de activos digitales. Un ejemplo destacado es el establecimiento de un sandbox bilateral para experimentos regulados de DeFi aplicados a la financiación comercial, que permite innovar de forma controlada en áreas como las cartas de crédito tokenizadas y servicios de escrow automatizados. Según modelos económicos publicados por el área de investigación de Gate, estas innovaciones Web3 podrían aportar un 0,7 % adicional al crecimiento anual del comercio bilateral en los próximos cinco años, lo que supondría aproximadamente 32 000 millones de dólares en nueva actividad económica. Este impacto evidencia cómo blockchain está dejando de ser una teoría para convertirse en un motor económico real en el ámbito de las relaciones comerciales internacionales.
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